Aurora iba de un lado a otro de la casa, abría los armarios, entraba al baño, rebuscaba entre sus zapatos, pensaba en los adornos que tenía en su joyero, mientras se miraba en el espejo pensando: mejor suelto, o lo recojo, voy a la peluquería, o me lo hago en casa… ¡El día sería especial! Ha quedado con Jorge, después de meses hablando por Internet, ¡por fin se van a conocer!
Decidido; camisa blanca, sus vaqueros preferidos, las botas nuevas, el pelo limpio, suelto, unos pendientes que la ha regalado su madre y que favorecen mucho, un poco de colorete, algo de brillo y su bolso preferido. Natural, actual, resaltando sus puntos fuertes, sabiendo que quiere mostrar su mejor cara para Jorge.
La venta de tu casa, se parece mucho a esa primera cita, encontrar a esa familia que ocupará el lugar en ella, no es menos importante. Es un acontecimiento cuando alguien traspasa la puerta, y no se va a repetir.
Por qué no abrir ventanas, pintar, limpiar, arreglar ese grifo que no funciona, la ventana que no cierra, guardar adornos personales e innecesarios, cambiar unas cortinas, mover alguna alfombra, comprar unos cojines nuevos, alguna planta, o flores, jugar con la luz y… mostrar la mejor cara para aquel que viene a visitarla.
La inversión es mínima, puede suponer un 1% del precio de venta, y la ganancia, un 10% sobre el mismo.
Esto es lo que es una PUESTA EN ESCENA, lo que se conoce como HOME STAGING, o lo que es lo mismo ¡PONERLA GUAPA!
Un valor de mercado y diferenciarse del resto, hace que desaparezca la pretensión negociadora de los compradores.
Déjalo en nuestras manos, y tú, disfruta del resultado final. PREGÚNTANOS.
Reservada en mayo 2019 – Pasó de tener pocas visitas, a ser visitada, de parecer triste, a trasmitir energía, luz, calidez, de poner pegas por la zona, a enamorarse de la vivienda, un: «las habitaciones parecen pequeñas» a «qué bonitas han quedado»…
Deseamos que la casa, siga escribiendo su historia… Se siente una sensación extraña cuando cerramos la puerta para dejar que otros la vuelvan a abrir… Es como si ella lo supiera, y se despide de nosotros, nos agradece que la cuidáramos; nos habla con la expectativa, de que los que lleguen la trataran igual de bien.